¡Se acerca la Navidad en Boñar!

Parece que en el momento que uno ve las primeras nieves, es como si se iniciase el pistoletazo de salida para la llegada de una de las épocas más entrañables y familiares del año, las navidades.

Hoy al subir a Boñar ya estaban cubiertas las cumbres con su manto blanco, lo que hacía presagiar que no solo llegaba el buen frio, con sus días tras la chimenea, la mantina, el chocolate caliente, las tertulias hogareñas, sino los días de preparaciones de belenes, celebraciones y momentos mágicos donde los haya, como cuando aparecen los Reyes Magos.

Ayer en la cita semanal con mis amiguinas Elena y Yoyy, nos encontramos con Javi Manso, la de tiempo que hacía que no le veía, pues creo que desde que se jubiló. He de decir, que parece que no pasan los años por él, está tan encantador como siempre. Al verle volvieron los recuerdos de aquellas tardes de entreno en el soto para jugar a baloncesto. Eso si, conmigo el pobre no tuvo gran suerte, lo mio nunca fue ser competitiva, pero eso si, yo lo intentaba. Cuánta paciencia tenía con nosotras y qué buenas jornadas pasamos todas con él. Como ahora se que me lee, pues desde aquí le mando otro súper abrazo como el que le di ayer. Espero que te sigas cuidando así de bien y yo que lo vea. Él me recordó algo maravilloso que es el belén que se monta en Boñar. De este año no pasa el que suba a verlo de nuevo, porque me apetece muchísimo estar un buen rato en la paz de la Iglesia y disfrutando de la obra de arte que llevan a cabo, la cual les lleva horas y horas (intempestivas por lo que nos dijo) para dejarlo así de impresionante. Muchas gracias a todos los que colaborais para que estas tradiciones no se pierdan.

Ello me trajo al recuerdo ahora los años de mi infancia cuando se preparaba la pastorada, recuerdo como si fuera hoy el año que le tocó a mi amiga Elena ejercer de Ángel, sustituyendo a Mª José. Las horas que echaron mi madre, mi tía y muchas más mujeres preparando los trajes y las joyas de los Reyes Magos. Uno de los años yo participé de hilandera. No había navidad sin pastorada, más que nada porque siempre estaba mi tio organizándola y como no, nosotros allí de golitos.

De nuevo al llegar a casa, después de pasar a comprar el riquísimo embutido por donde Maxi, que tenía antojo desde el martes y creí que no acababa la semana para subir a buscarlo, más la correspondiente caja de nicanores (vaya temporada llevo, a este paso no cruzo por las puertas de lo redondita que me voy a poner), tocó rememorar de nuevo fotos y decidir escribir para mostrarlas.

Hace unos pocos años mi hermana me elaboró un libro de Recuerdos con fotos de la infancia y cómo no, me he dicho, voy a publicarlo, porque aquí salgo yo, en mi esencia, como he sido siempre, escondida en las fotos detrás de alguien de mi familia, o con el dedo gordo en la boca, que mira que me costó años quitarlo, o tirada por la nieve haciendo un súper muñeco con los vecinos. También salen personas muy queridas de mi vida, mi madre y hermanos, mi tio, mi primo, mis vecinos, mis amigos, con los que pasábamos los días, celebrando cumpleaños, o entreteniéndonos por las huertas, o sencillamente correteando y jugando por la calle. La de horas que echábamos entonces por la calle, ya que no era como ahora, por aquel entonces no había peligros y nos dejaban trastear libremente por todos lados y a todas horas. También he recopilado fotos de momentos importantes en mi vida, como mi comunión, el corpus, las celebraciones familiares de todos en las Canteronas, como no, donde Mari Paz, que era lo más grande que se podía uno echar en la cara, o como cuando bailaba en los bailes regionales, en la época en la que los llevaba Carmina la cuca, o cuando esquiaba.

Desde aquí pido perdón a las personas que salen en las fotos conmigo, espero que no les importe, pero es que para mi son todos tan increíbles, bonitos y tan importantes y los recuerdos vividos con todos ellos tan maravillosos, que solo espero que al verlas puedan rememorar al igual que lo hago yo, los bellos años que vivimos, las experiencias y anécdotas de nuestras infancias (muchas para hacernos unas cuantas risas ¿verdad Raquel?) y sepan que aunque no nos veamos, todos estaremos unidos para siempre.

¡Ojalá os saquen una bonita sonrisa!

La portada del libro creo que ya es el resumen de mi mini yo

El primer año de escuela, en el que llevábamos nuestro juguete, el mio el cubo de introducir figuras, el cual dejábamos luego allí para otros niños, algo que por aquel entonces yo no entendía muy bien y no me hizo mucha gracia dejarlo

La única foto que tengo de cuando era un bebé (algo que reprocho a mi familia desde siempre, porque se les debió estropear la cámara cuando llegaron a mi y ya decidieron que no necesitaba miles de fotos como mis hermanos 😉 ), en ella están de izquierda a derecha, mi tia Camino, mi abuelo Cruz (Arroyo), mi hermana, mi tia Irunda conmigo en brazos y mi madre con mi hermano en brazos

Luciendo modelito fashion total y escondiéndome, como no

Con mi hermano delante de casa y del simca de tio

Con los tatos y mami en la huerta al lado de casa; con mi hermana con las bicis delante de la puerta de casa, cuando la calle aún era de tierra

La comunión de Tata, Marichu y Raquel, junto con las mamis de todas y los hermanos, en la huerta de Pedrito (Raquel estaba de lo más alegre en la foto de abajo, ja ja ja ja)

En la huerta de Pedrito con mis tatos y Marichu, Raquel y Jose Manuel; primera vez que vi el mar en Laredo, con mis tatos y mi primo Álvaro

Celebrando mi cumpleaños con mis tatos, Mayte, Angel Carlos, Eva, Marta, Belén, Covi, Tunín y otro niño más, que no ubico quién es ahora

En la puerta de casa con tio, con Covi, con los tatos haciendo el típico muñeco de nieve

En el salón de casa, qué pequeñina y prestosina que era yo de pequeña

Con los tatos y el primo, como no, yo con mi dedo en la boca

Con los Reyes Magos, Luís Fernando, Roberto y Félix; la comunión de mi hermano y Angel Carlos, con tata, Evina, y mi primo Álvaro

Celebración del cumpleaños de tato, con fotos en la plaza y comida en las canteronas, con mamina, el primo Álvaro, abuelita Elisa, tio Sar, tio Victor, tia Vivi, tia Irunda, tia Isabel

Mi comunión y el corpus, con Don Carlos y todos los que la celebramos ese año (estas fotos en honor a todos ellos, por los que aún estamos y por los que ya no están), con mis abuelitos Elisa y Cruz, con mis tatos, con mi primo y las Aldeiturriaga; pero qué carita de buena tenía por aquel entonces, como se notaba que aún era tremendamente inocente

Del blog de mi tio, año 1983, con abuelito, los tatos y el primo, en el pantano del Porma

En San Isidro, de los maravillosos años cuando subíamos a esquiar; tirada ya a los pies de Elba al final de la jornada

El día de San Isidro, con los compis de bailes regionales; en la huerta de casa, el año que mami se tiró todo el verano para hacerme la falda abalorio tras abalorio y lo preciosa que es (a día de hoy conservo el traje como oro en paño por el esfuerzo y trabajo que la dio y que se que me lo hizo con todo el amor del mundo)

Pastorada siendo tio y Álvaro pastorcillos, con los tatos

La vez que yo salí de hilandera y la prima Cris de Virgencita (un puntazo primina)

Quiero terminar esta sesión de fotos de hoy con la que aventura la noche más mágica y maravillosa del año, la noche de reyes, espero que todos tengais unas entrañables navidades, a pesar de las ausencias y que os traigan muchas cosas los reyes. No os olvideis de dormir bien esa noche, sujetad los nervios.

Con cariño y enorme agradecimiento a todos los que haciendo de reyes magos, nos trajeron la ilusión y la siguen trayendo año tras año

¡No dejeis nunca de sonreir y de soñar, sobre todo, no dejeis nunca de ser niños!

¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo! – ¡Paz y Amor!